Por Nelson Edgardo Poblete Navarrete
                            Ingeniero Comercial y Jefe de Carrera Contador Auditor
                                                                      IP Santo Tomás Osorno

La Inteligencia Artificial Generativa (IAG) está redefiniendo la manera en que trabajamos y aprendemos, marcando una revolución en áreas tradicionales como la Auditoria y la Administración. Para los estudiantes y profesionales de Educación Superior, estas tecnologías representan tanto un desafío como una oportunidad para potenciar sus habilidades y aportar valor en un mercado laboral que constantemente está en cambio.

 

En el ámbito de los Auditores, por ejemplo, la IAG permite automatizar procesos complejos como la generación de informes financieros, auditorías preliminares y análisis de datos masivos. Herramientas basadas en IA generativa pueden resumir grandes volúmenes de información, detectar patrones especiales en registros contables y elaborar proyecciones financieras en cuestión de minutos. Esto libera tiempo para que los contadores se enfoquen en tareas estratégicas como la interpretación de resultados y la toma de decisiones informadas. Además, el dominio de estas tecnologías no solo optimiza el trabajo, sino que también mejora la competitividad de los egresados.

 

Por otro lado, los administradores pueden utilizar la IAG para diseñar estrategias empresariales más eficientes. Por ejemplo, emplear modelos generativos para analizar tendencias de mercado, personalizar estrategias de marketing y mejorar la comunicación organizacional mediante asistentes virtuales. En el contexto de las (PYMES), donde muchos egresados ​​de institutos profesionales desempeñan roles clave, la IA puede ser la aliada perfecta para optimizar recursos y maximizar resultados con presupuestos limitados.

 

Nuestro deber como docentes y académicos es incorporar la IAG en los procesos de enseñanza mediante simulaciones prácticas, generación de estudios de caso y tutorías virtuales. Esto no solo prepara mejor a los alumnos, sino que también transforma las aulas en entornos más dinámicos y tecnológicos.

 

Los profesionales y técnico de las áreas de administración deben comprender estas herramientas, y liderar su implementación para facilitar y perfeccionar su trabajo. En este contexto, la educación superior tiene la responsabilidad de integrar la IAG en sus programas de estudio, formando egresados ​​con competencias técnicas y éticas para enfrentar los desafíos del mercado laboral. La clave está entonces en aprender a trabajar con la IA, aprovechándola como un recurso que potencia la creatividad, la eficiencia y el impacto profesional.