Con gran preocupación la Concejal de la comuna de San
Pablo, Edith Canio Quiniao, reiteró su preocupación por el proyecto parcelero
Raíces del Río Rahue que pretende la venta de casi doscientos sitios,
suprimiendo de manera definitiva el actual y único camino que conduce hasta la
comunidad indígena del apartado sector de Rauquemó, en la comuna de San Pablo.
Dicha preocupación de la comunidad se genera debido a
que en el proyecto que está emplazado en uno de los fundos aledaños no se les
consideró para su servidumbre de paso, siendo este el único acceso de la
comunidad debido a que por el otro lado de la comunidad están “arrinconados”
con el río Rahue, imposibilitados de transitar.
La Concejal de San Pablo, Edith Canio, quien además es
habitante del sector, señaló que “hemos
hecho saber a las autoridades pertinentes, algunas se han pronunciado pero como
las leyes están mal hechas y a favor de los más poderosos, nuestra gente
humilde que vive en comunidad es la que siempre se ve afectada”.
Además la edil señaló la afectación ambiental debido a
la construcción de fosos para drenar las aguas del predio, comentando que “Acá hay hábitat de aves, en esta época
empiezan a retirarse con sus crías a las lagunas. Hoy en día las lagunas acá se
están eliminando producto de los drenajes que se están haciendo para que se
sequen rápido estas vegas, esto en invierno es sólo agua porque el río se
desborda… pero aparte de eso lo que más nos preocupa es el acceso a las
familias”.
“Hoy en día vialidad tiene
–el camino– enrolado justamente hasta donde comienzan las parcelas, y
antiguamente el camino que nos conectaba con Quilacahuín siempre ha estado pero
no está escrito en ninguna parte, por lo tanto eso es lo que ellos -los fundos-
defienden, que sus campos llegan hasta el río, excepto las escrituras de las
familias de la comunidad porque ellos sí tienen un borde río que usan de
camino. Entonces la pregunta es ¿por qué las familias de las comunidades sí
tienen un límite con un camino vecinal con borde río y por qué los fundos no
tienen ese respeto por el borde río? cuestionó.
Hasta el momento las familias viven en la
incertidumbre, viendo cómo de manera silenciosa su único acceso terrestre será
intervenido, siendo el aislamiento una realidad inminente, y viendo también la
afectación ambiental con la construcción de un foso de unos cuatro metros de
profundidad para drenar las aguas de los terrenos que serán vendidos a familias
que sueñan con una parcela, pero que en invierno quedarán inundados por acción
normal de la naturaleza.
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