Según un informe emitido por el Ministerio de Salud
en enero de este año, el cáncer alcanzó la tasa de mortalidad más alta durante
el transcurso de los últimos 10 años. Asimismo, un estudio que fue elaborado
por la Universidad de Harvard proyectó al menos 3 mil 500 fallecimientos en
cinco tipos de cánceres en Chile entre 2022 y 2021. Lo último, principalmente
por dos razones: el retraso de los diagnósticos y el acceso oportuno a los
tratamientos.
Un diagnóstico de cáncer marca un antes y un
después en la vida de una persona y cambia por completo la forma de concebir la
realidad del propio paciente y la de sus familiares y amigos. De tal modo que
los complejos cambios en los sentimientos y el estilo de vida del individuo y
su entorno pueden volverse tan abrumadores que comprender las etapas y
sensaciones que van a atravesar se convierte en algo indispensable.
Tener un entendimiento de todo el proceso —desde el
diagnóstico, tratamiento, como el momento de curación, en muchos casos— puede
ayudar tanto a los propios pacientes, como a las empresas que han desarrollado
estos tratamientos y enfrentan el reto de transmitir adecuadamente el valor de
la innovación, así como profesionales de la salud o gobiernos, que deben tomar
medidas y forjar acuerdos y medidas que hagan la diferencia.
Los 6 sentimientos más
comunes que rodean al paciente diagnosticado por cáncer:
1.
Tristeza: ¿Es mi
diagnóstico una sentencia de muerte?
Según el Instituto Nacional del Cáncer la depresión
afecta a una proporción de entre un 15% a 25% de los pacientes con esta
enfermedad en las primeras semanas tras el diagnóstico de cáncer. De ahí, la
importancia de fomentar la conversación sobre nuevas terapias y alternativas
disponibles mediante comunicación clara y consistente que acerque la esperanza
de la innovación a los pacientes y sus médicos.
Primero, demostrando al propio paciente confuso y
sus familiares la evidencia científica. Después, generando espacios donde
puedan compartir este conocimiento con las comunidades médica y científica,
grupos de pacientes, pagadores y tomadores de decisión, además de los medios de
comunicación. Todo esto, para generar consenso sobre el valor terapéutico y
determinar el tipo de tratamiento que convenga para cada caso particular y
borrar el sentimiento de miedo y desconsuelo inicial.
2.
Frustración: ¿Tengo
acceso a cuidados y medicamentos adecuados?
Enfrentar las grandes barreras de acceso es uno de
los desafíos actuales más relevantes entre entidades y países que usan
planteamientos de precio en lugar de valor o comparando los costos relativos
con los beneficios de diferentes intervenciones en salud, en vez de emplear
nuevas perspectivas más integrales y específicas de evaluación como
costo-utilidad, cuyo propósito es medir los beneficios de acuerdo con las
necesidades de los pacientes reconocidas por sus médicos y de acuerdo al estado
de salud. Expertos en fármaco-economía recomiendan replantear la forma en la
que se evalúan los recursos dedicados para la salud, creando una narrativa para
destacar el valor de invertir en innovación que logre mejorar la calidad de
vida o salvar la vida de millones de personas alrededor del mundo.
Solo de esta forma podremos derribar las barreras
de acceso y apoyar al paciente en un momento de adaptación tanto a sus cambios
corporales, como emocionales, su rutina y vida social para que se reconozca
frente al espejo y retome fuerzas para evitar que las dificultades afecten a su
estado de ánimo y salud en general.
3. Confusión: Falta
de entendimiento y desinformación
Aunque la persona tenga designado un tratamiento y
un doctor, en ocasiones no pueden evitar perderse en páginas de autoayuda, webs
sobre estadísticas de supervivencia de su propia dolencia, tratamientos
alternativos o grupos de personas en redes sociales que comparten su
experiencia. El sentimiento de curiosidad y búsqueda de una solución más rápida
puede llevar a aturdir siendo difícil diferenciar los bulos de la realidad en torno
a potenciales tratamientos ante tumores cancerígenos.
La verdad es difícil de reconocer e implica muchos
conceptos técnicos, y la mentira es mucho más fácil de expandir, como suele
expandirse el cáncer en el cuerpo. Por esto, las fuentes confiables como las
iniciativas como la de la UNESCO, que ofrece tips para enfrentar la
desinformación o el Instituto Nacional del Cáncer, mostrando recursos
fidedignos para que los proveedores de atención médica, los educadores y los
miembros de la comunidad comprendan, identifiquen y detengan la propagación de
la desinformación sobre la salud en sus comunidades, son indispensables y
deberían ser una práctica generalizada para todos los involucrados en la lucha
contra el cáncer y, en consecuencia, tener una sociedad más sana y un sistema
de salud que responda a las necesidades de los pacientes.
4. Impotencia: ¿Solo
contra el mundo?
Las personas con cáncer se sienten a menudo solas o
distanciadas de los demás dado que es difícil abordar el tema del cáncer con
amigos o familiares o no pueden participar en los pasatiempos y en las
actividades que solían disfrutar. Además, se encuentran en una situación en la
que necesitan de mucha ayuda externa o sienten que dependen de los demás.
Para alejar al paciente de esta sensación de
impotencia y tenerlo mejor informado, se requiere un nuevo modelo de
relacionamiento para una mejor toma de decisiones con quienes desarrollan
políticas públicas en salud identificando su rol y relevancia en el ecosistema
del sector, así como las necesidades específicas y que permitan una narrativa
diferenciada para impactar a cada audiencia y se logre una evaluación más justa
de las nuevas tecnologías para la salud en beneficio de los pacientes. El
impacto de un buen relacionamiento generará actitudes positivas que sin duda
beneficiarán a la salud pública global.
5. Lucha: Alzando la
voz contra el cáncer JUNTOS
Ser un paciente con cáncer después de la pandemia
dista mucho de cómo se solía vivir esta enfermedad en el pasado. Durante la
COVID-19, los ciudadanos se unieron de una forma inédita para apoyarse
mutuamente y formar comunidad alrededor de los más vulnerables además de para
exigir más acción tanto a los gobiernos como a las empresas.
Esta tendencia de comunitarismo ha llegado para
quedarse y puede beneficiar a este colectivo de pacientes que, ahora más que
nunca, se sienten fuertes para alertar sobre la necesidad de una educación más
completa y generar campañas de grassroots o lo que es lo mismo, el derecho de
las comunidades a unirse e influir en los asuntos que les afectan en su día a
día.
En otras palabras, cada vez son más los defensores
de nuevos tratamientos contra el cáncer y de construir un sistema de salud
igualitario y justo con el objetivo de avanzar poco a poco hacia el desafío
final: tener acceso a nuevas terapias e información sobre los avances
científicos. Un nuevo paradigma que abre un espacio para las asociaciones de
pacientes a sumarse a esta movilización, tanto a través de estrategias de
movilización que inspiren un cambio positivo hacia un sistema de salud más
equitativo con acceso a servicios médicos, medicamentos e
información.
6. Esperanza y Optimismo: mayor
investigación, nuevos medicamentos, nuevos canales
Una vez que las personas aceptan que tienen cáncer
y luchan por combatirlo, a menudo sienten esperanza y optimismo. Hay muchas
razones para dejarse llevar por esta sensación: millones de personas que han
tenido cáncer están vivas hoy en día, sus posibilidades de vivir con cáncer y
de sobrevivir al cáncer, son mejores ahora que nunca y las personas con esta
dolencia pueden llevar vidas activas, aun durante el tratamiento.
Pero los motivos de optimismo no acaban ahí: los
avances en el tratamiento y el diagnóstico de muchos tipos de cáncer progresan
debido a que los ensayos clínicos, especialmente con inmunoterapias, están
aumentando y desarrollando muchos fármacos para combinar terapias, siendo
muchas las compañías que han invertido años en el desarrollo de vacunas
enfocadas a las células cancerosas y siguen investigando sobre cómo enfocarse
en los tipos de cánceres específicos.
Por otro lado, las nuevas tecnologías representan
una gran oportunidad para que las empresas farmacéuticas puedan vincularse
mejor con sus audiencias. Ahora es posible, gracias a expertos en Data Driven
Marketing, construir un modelo metodológico para trazar un primer nivel de
audiencias a partir de su comportamiento digital y definir un comportamiento
social que será muy útil en el diseño y entrega de materiales de comunicación
de alto impacto y que pueden tener un gran alcance y mayor penetración de los
mensajes.
Una mirada hacia el futuro: ofreciendo una
respuesta conjunta
Sin duda la industria farmacéutica se está
esforzando en realizar grandes inversiones en investigación y desarrollo de
tratamientos innovadores para luchar contra esta enfermedad que nos roba vida,
sin embargo, existen aún desigualdades y retrasos en la adopción de la
innovación en perjuicio de miles de pacientes.
Por tanto, si queremos atajar este problema
persistente, el impulso de las alianzas público privadas para ofrecer una
respuesta conjunta y mejorar los esfuerzos para controlar el cáncer deben ser
determinantes y cada uno tiene que hacer su parte: desde los pacientes — siendo
más cuidadosos con su tratamiento y partícipes en las exigencias que demandan a
los gobiernos—, a las compañías farmacéuticas — priorizando nuevos tratamientos
y alternativas como la terapia dirigida, inmunoterapia o medicina personalizada—
así como los responsables de formular políticas en los gobiernos— poniendo el
foco en el valor y beneficio para la vida del paciente en lugar de sólo evaluar
el precio.
Solo de esta forma, honraremos a todos aquellos pacientes de cáncer que han tenido que atravesar este proceso con una tenacidad, capacidad de lucha y valentía remarcable.
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