Al hablar
de recursos marinos, se piensa de inmediato en los diferentes tipos de peces,
excluyéndose del imaginario la amplia gama de recursos que pueblan el océano.
En especial, aquéllos que se encuentran más cerca del borde costero, en
particular, en lo que se denomina el “bentos”. Nuestras costas presentan una
gran variedad de recursos bentónicos, esto es, aquellos que realizan parte
preponderante del ciclo vital con asociación directa a un sustrato, dentro de los
que destacan el erizo, loco, macha, lapa, navajuela, almeja, huepo, juliana,
taquilla, pulpo, jaibas y dentro del grupo de algas, huiro negro, huiro palo,
huiro flotador, cochayuyo, pelillo, lugas, etc.
La región
de Los Lagos, atendida por sus características costeras y la presencia de
archipiélagos, concentra gran cantidad de los agentes pesqueros artesanales del
país, lo que refleja la importancia de la actividad pesquera para la zona.
Según cifras de Sernapesca, en la región existen inscritos 2.776 armadores,
4.709 buzos, 10179 pescadores propiamente tales, y 32899 recolectores de
orilla, algueros o buzos apnea. Asimismo se calculan 122 plantas de elaboración
a partir de recursos bentónicos con 9.234 plazas.
El sector
bentónico, es el principal proveedor de productos pesqueros para consumo
fresco, y un importante abastecedor de materia prima para las industrias de
conservas y congelados. Las capturas de los invertebrados son destinadas en su
totalidad al consumo humano, mientras que las algas son utilizadas como
alimento y para la producción de compuestos químicos de alto valor comercial,
contribuyendo a la seguridad alimentaria y nutricional. Una de las dimensiones
que FAO recomienda potenciar en nuestra legislación.
Actualmente
se encuentra en tramitación en el Congreso Nacional, el proyecto de ley
conocido como "Ley Bentónica", el cual satisface un anhelo histórico
del sector, y que tiene por finalidad establecer una regulación diferenciada
del sector bentónico respecto del de peces, introduciendo una serie de
modificaciones que permitan abordar de manera diferenciada, el desarrollo y la
administración de dicho sector, los recursos involucrados y la actividad
ejercida sobre ellos. Se trata de una iniciativa entusiastamente impulsada por
dirigentes de la región y que inexplicablemente salió de la tabla de la
comisión respectiva de la Cámara de Diputados ad portas de votarse sus últimas
indicaciones.
Es de
esperar, que el Gobierno retome dicha iniciativa, importante para nuestra
región, la cual no solo hace justicia a una parte importante de la pesca
artesanal, en especial los buzos y algueros, sino que además considera
una serie de avances en manera de sustentabilidad y que por lo mismo fue
aprobada en el Senado de forma unánime.
ERIC
CORREA, Abogado.
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