Este 2 de abril, recordamos el Día
Mundial del Autismo, momento necesario para visibilizar una condición que cada
vez es más cercana a muchos.
El Trastorno del Espectro Autista,
más conocido por su sigla TEA, es un trastorno de origen neurobiológico que
afecta a nuestro sistema nervioso, tanto en la forma en que funciona como
también en la forma en que se organiza nuestro cerebro, generando así
dificultades principalmente en dos áreas: la comunicación e interacción social
y la flexibilidad del pensamiento y de la conducta.
A pesar de que no hay datos
estadísticos nacionales sobre esta condición, podemos extrapolar la información
del “Centro de Control y Prevención de Enfermedades” de Estados Unidos, el cual
en el año 2018 informa una tasa de 1 en 58 personas, siendo una condición muy
prevalente y a su vez muy sub-diagnosticada.
Si bien el TEA no tiene aún una
causa determinada ni rasgos físicos marcadores, debemos considerar que es una
condición que acompaña a las personas durante toda su vida y que se manifiesta
en cada uno de ellos de una forma diferente, de tal manera que no existen dos
personas con exactamente los mismos rasgos TEA. Además de las dificultades del
lenguaje y la interacción social, también podemos observar movimientos
repetitivos, intereses restringidos, problemas de integración sensorial, entre
otras manifestaciones.
Es en base a lo anterior, que
podemos distinguir o clasificar los trastornos del espectro autista en
distintos niveles dependiendo del grado de apoyo que requieran (del 1 al 3),
por ello es de gran importancia el trabajo en conjunto entre padres, niños y el
equipo multidisciplinario, donde la intervención temprana, oportuna y adecuada
para cada niño en particular potenciará las habilidades con el objetivo de
generar un mejor desarrollo personal.
Bajo esta premisa, como equipo de
Neurología Infantil en el Hospital Base San José de Osorno, trabajamos
cohesionadamente con la Sala de Rehabilitación Infantil y el Equipo
Psicosocial, donde contamos con Terapeuta Ocupacional, Kinesióloga
Fonoaudióloga, Enfermera, Asistente social, Psicóloga, Nutricionista,
Neuropediátras, Odontopediatra y Pediatras, con el fin de dar una atención
integral para nuestros pacientes.
Si bien es real que como centro no
tenemos la capacidad de abarcar la totalidad de los pacientes de la comuna, también
es necesario hacer redes con las salas de estimulación de las municipalidades,
los centros de salud mental comunitarios de la provincia, jardines infantiles y
colegios, generando una red de apoyo muy nutrida para lograr el trabajo en
equipo tan necesario para el bien de nuestros niños.
La pandemia nos ha tocado fuerte,
y realmente se ha notado la falta y la necesidad de apoyo terapéuticos a muchos
de nuestros pacientes. El distanciamiento social y la dificultad de contacto
que nos genera la mascarilla (tan necesaria en estos días) ha disminuido la
instancias de interacción y momentos potenciales de desarrollo en el aspecto
social. Se logró incorporar el permiso de circulación de pacientes TEA durante
la pandemia lo cual ha ayudado mucho, a pesar de ello, no podemos desconocer
que la falta de terapias ha limitado el progreso de algunos de nuestros niños.
Estoy seguro que toda la red está trabajando arduamente para buscar estrategias
que nos apoyen en nuestra actual condición sanitaria y reactivar las terapias
que se han pausado por esta situación.
Para terminar, espero que algún
día nuestro país avance a reconocer la neurodiversidad y cree una sociedad que
promueva y valore los derechos de personas neurodivergentes o con algún tipo de
discapacidad.
Dr. Gonzalo
Muñoz Melgarejo
Neurólogo Infantil HBSJO
Jefe Equipo Neurología Infantil
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